8.9.09

Y POR FIN... EL COTOPAXI!!!!!!!

Nos trasladamos al hostal Cuello de Luna, un sitio precioso desde donde se ve el nuestro próximo objetivo, el Cotopaxi.
Nada más llegar y pelear un poco con la chimenea de la habitación, bajamos al bar, donde hay una enorme y acogedora chimenea y junto a la cual nos tomamos una cervecitaaaa, mmmmm, que rica!! Cenita y a dormir, que mañana es un gran día!! y a la mañana siguiente, después de que Txetxu filtree con las vaquitas, y un almuerzo a base de guacamole nos vamos para el refugio José Rivas (tras subir otro simpático arenal, jejeje)


Paseíto hasta el glaciar, el cual al parecer ha retrocedido bastante, y alguna que otra fotillo. Cenita y a acoplarse en las literas, todo listo para despertarnos a las 12 de la noche con los nervios!!! (al menos yo!)


La mayoría de nosotros nos levantamos sin dormir nada (excepto Pancho, nuestro guía, que durmió como un bebé pero sin teta en laboca). Y aproximadamente a la 1:00 comenzamos la aproximación. Txetxu decide no subir, y Oso se lo plantea seriamente en el momento en el que nos calzamos los crampones, ya que se encontraba algo mareado (es que no le circula bien la sangre por debajo de los 5600 metros, ya sabes...). Comenzamos la ascensión y después de tres horitas aprox. Carol no sabe si se ha fumado un porro o si no ha fermentado el ají, y media vuelta para el refu. El resto continuamos, Sagra y yo tras el Pancho, y Oso e Iván pasito a pasito. Es una pena que sea de noche, pero así no desmoraliza tanto ver lo que todavía queda.

A tan sólo 10 minutos de la cima Aran dice: Pancho, no puedo más, dejadme aquí y subid vosotros, seguid sin mí al triunfo!!! Tras lo cual el Pancho me ata corto y dice, amosparriba, pisándome los talones!
Menos mal Pancho!!! Cuando llegamos a la cima que ilusión!! Todos llorando de la emoción, que ilusión, nada más y nada menos que 5895 metros!!!


Una ilusión enorme, y un subidón que todavía me dura!!! Unas fotos preciosas, con el olor del azufre, en el cráter del volcán!!! Qué experiencia!!!

Pocos minutos y de regreso, que son las 07:30, y hay que descender. Un camino precioso, ya con la luz del día, y eso sí, un dolor de cabeza bastante doloroso, a cada paso que doy.


A las 11 de la mañana llegamos al refugio donde nos reciben con sonrisas y abrazos...que experiencia incomparable....



Y con este buen sabor en la boca nos vamos hacia la selva, como Moggli, jejeje. Pero eso será otra entrega...

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2.9.09

ILLINIZA NORTE (ECUADOR)

Con la intención de subir el Illiniza Norte (5100m) llegamos a un pueblo llamado El Chaupi, en la Reserva Ecológica de los Illinizas. Los Illinizas son dos picos de origen volcánico. El Illiniza Norte a diferencia de su vecino del sur es una hermosa y empinada montaña de roca que supera los 5.000 m de altura. Nuestro guía Willy nos ha buscado un hostal muy chulo, Llovizna. El lugar es muy peculiar con unas habitaciones, en fin,… tenemos un baño en el q te puedes duchar y cagar a la vez!!!!

Comemos bastante bien, todo aliñado con ají, claaaaaro, Oso haciendo pinchos dignos de Donosti, luego te calentito y Chechu se toma uno de mango con hierva luisa, para relajar el mango!!!!

Nos vamos a dar una vuelta y descubrimos el porqué lo de llovizna. El camino es un barrizal, no pasa la furgo ni de coña, así q la aclimatación hacia la Virgen 3800m se queda en la nada. Paseíto con fotos para concurso, embarrados hasta las orejas, con 4x4 encayado en el camino, un pequeño problema, jejeje hasta q lo sacaron….






















Ya de vuelta en el Llovizna cenita, y a dormir, y arriba a las 4,30. Con el ojo pegao nos levantamos, todavía con el soniquete de las puertas de los baños y el kirikiki de algún maldito gallo trasnochador. Nos montamos en el 4x4 de Wilfredo, y vamos hacia La Virgen, con unos botes impresionantes, Arancha y Carol con su peso específico casi se salen por el techo. En principio la ruta planeada era llegar hasta el refugio q está entre el Illiniza Norte y el Sur, pero q casualidad, este año lo han demolido para hacerlo nuevo. Así q hacemos la subida del tirón desde La Virgen.





Y claro, q vistas de los Illinizas y del Cotopaxi al fondo,… caminamos entre un bosque de polylepis, como una especie de matorrales como unas dos horas. Y llegamos al infernal arenal, una pala inmensa e inacabable de arenas movedizas,… jejeje o por lo menos eso me pareció. Un pasito pa lante, dos pasitos pa tras. En esta pala a Chechu le da un apretón y se queda rezagado, ya no consigue alcanzarnos y se da media vuelta. Mientras tanto el resto (Sagra, Oso, Arantxa, Ivan y Carol) cantando por el arenal, “Arenal de Sevilla y olé, Torre del Oro”. Yo llevo un rebote de tres pares de narices, puto arenal, menos mal q Iván está allí y me acompaña mientras subo el arenal refunfuñando, jejeje Al llegar a una zona de roca ya se nota la altura, 1,5ºC y encontramos nieve. Q frío, la neblina te congela, y nos comemos un sándwich con espasmos en los dedos.
Comenzamos la trepada con respeto, pero con menos yuyu q en el Rucupichincha, esto está menos expuesto. Y la niebla se abre y q visión, la cumbre está cerquísima.


Un poco más y llegamos a la cumbre (5.126 m) con un subidón tremendo, abrazos y fotos mil con las banderas, q no falten. Pancho, una maquina nuestro guía, muy satisfecho de nosotros. Al estar despejado se ve el cráter dl Illiniza q ahora está inactivo. Precioso.





Con cuidado vamos descendiendo y en una zona más escurridiza Pancho monta un pequeño rapel. Vamos descendiendo luego por el arenal otra vez, eso sí, desde otro punto de vista, es una gran pala, como si esquiaras, pero con culetazos incluidos. Pasamos por una zona que caían piedras echando leches, hay q estar muy atento, pq cogían una velocidad increíble. Y durante la bajada, Iván y Carol con el culo apretao. Mierda, teníamos q haber plantado a 5000, pero cualquiera sacaba el culo. Corriendo bajamos, con dolor de cabeza, sobre todo Arantxa q parecía q tenía una banda tocando dentro del mochuelo. Entre matojos decidimos plantar, antes de q llegaran los demás, de esto no hay fotos ehhhhh. Abono español en suelo ecuatoriano.
Alcanzamos el resto, llegamos al coche, chute de paracetamoles, un poco de comida y mucha agua, y por supuesto abrazos con Chechu, Willy y Nico.

De vuelta al Llovizna con una sensación buena, con mucho calor con toda la ropa puesta, pero con una sonrisa, pensando en el siguiente: El Cotopaxi.

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